viernes, 16 de octubre de 2009

TRAILER DE HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL



Argumento


Artículo principal: Argumento de Harry Potter y la piedra filosofal

El 2 de noviembre de 1981, tres personas se reúnen fuera de una casa en la localidad de Little Whinging al anochecer. Los tres individuos (Albus Dumbledore, Minerva McGonagall y Rubeus Hagrid) son magos pertenecientes a una comunidad de hechiceros que existe en paralelo al mundo de los muggles (o humanos no-magos) y depositan a un bebé en la entrada del número 4 de Privet Drive. El bebé –Harry Potter– crece en la casa de sus tíos los Dursley, quienes le ocultan su verdadera historia familiar; al cumplir los 11 años unas cartas de remitente desconocido llegan a la casa en los suburbios. Las mismas traen la noticia de que el niño ha sido admitido en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería ya que, al igual que sus padres, él tiene sangre mágica.





El Colegio Hogwarts, es el principal escenario donde suceden los hechos de la serie de novelas.Se descubre entonces que los Potter no murieron en un accidente de auto como se había dicho a Harry sino que habían sido asesinados en la noche de Halloween por un hechicero tenebroso conocido como Lord Voldemort, quien aterrorizó a la comunidad mágica británica años atrás. Sin embargo, algo ocurrió esa noche: Voldemort consiguió matar a los Potter pero no pudo asesinar al bebé, perdió su cuerpo y le dejó al niño una cicatriz en forma de rayo en su frente.



Rubeus Hagrid aparece para llevar a Harry cuando los Durleys intentan impedir que el chico se vaya; el hombre ayuda a Harry a comprar sus materiales escolares en el Callejón Diagon y allí éste descubre que es famoso entre los magos por haber sobrevivido al intento de homicidio. Posteriormente, el muchacho toma el tren que lo lleva a Hogwarts y allí conoce a Ronald Weasley, un chico pelirrojo hijo de magos y a Hermione Granger, una jovencita de origen muggle o no-mágico con altas aspiraciones académicas. Los tres se vuelven amigos más tarde y se ven envueltos en una serie de episodios relacionados con un objeto escondido en las profundidades del edificio: la piedra filosofal, un artefacto con el poder de transmutar los metales en oro y producir el elixir de la vida eterna. Diferentes hechos les hacen suponer que el profesor Severus Snape desea conseguir la piedra para entregársela a Voldemort, con quien el docente estaría confabulado.



Tras confirmar que el espíritu de aquel brujo tenebroso ronda el castillo y que la piedra se encuentra en peligro, Harry, Ron y Hermione alertan a los profesores pero éstos desestiman esa posibilidad pues el objeto se encuentra protegido por diversas trampas en una cámara subterránea. Los tres niños, entonces, atraviesan la puerta trampa custodiada por un cancerbero y se someten a diferentes pruebas hasta llegar a la recámara donde se encontraba la piedra. Harry descubre que el profesor Quirinus Quirrell es quien desde el principio ha estado intentado robarla puesto que Voldemort –que permanecía como parásito en la nuca del profesor– se lo había ordenado. Harry consigue la piedra y Quirrel intenta asesinarlo, pero no consigue sobrevivir al contacto con el muchacho y muere cuando Voldemort abandona su cuerpo.[nota 1]



Después de una charla reveladora con Albus Dumbledore, director del instituto, Harry se reencuentra con sus amigos y parte de regreso la casa de sus tíos.



[editar] Personajes Principales

Harry Potter: es el protagonista de la novela. Huérfano de ambos padres, Harry vive durante 10 años con sus tíos los Dursley y su primo Dudley desconociendo el secreto de sus orígenes. Un día, en su onceavo cumpleaños, Harry comienza a recibir muchas cartas del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería en las que se le informa la disponibilidad de una plaza para que vaya a estudiar. Dado que sus tíos se muestran reacios a colaborar, Rubeus Hagrid lo asiste para emprender el viaje al instituto, ayudándole a comprar sus útiles escolares y a llegar a la estación King's Cross para tomar el tren. En el colegio conoce a sus mejores amigos y juntos descubren que Lord Voldemort, quién mató al James Potter y a Lily Potter (los padres de Harry), quiere apoderarse de la piedra filosofal para conseguir la inmortalidad.

Ron Weasley: el mejor amigo de Harry y Hermione. Ron asiste a Hogwarts acompañado por tres de sus seis hermanos (Percy y los gemelos Fred y George). Según Albus Dumbledore, Ron se siente sobrepasado por sus hermanos, que son más populares o que han logrado buenos triunfos académicos; sin embargo, su habilidad para jugar al ajedrez le ayuda a pasar una de las pruebas que bloquean el acceso a la piedra filosofal.

Hermione Granger: es una de las tres protagonistas y es la mejor amiga de Harry; Hermione es una niña inteligente que aprendió muchos conocimientos mágicos incluso antes de entrar al colegio. Al igual que sus amigos es seleccionada como alumna de la casa de Gryffindor. Además de ser quien hace todo lo posible para evitar que sus amigos se vean metidos en problemas su intervención es vital en el intento de conseguir la piedra filosofal antes que Voldemort, ya que su inteligencia la ayuda a descifrar un difícil acertijo. Durante todo el libro tiene muchas peleas con Ron, ya que los dos nunca pueden llevarse muy bien.

Albus Dumbledore: es el director de la escuela de magia. Acompañado por Hagrid y McGonagall, deposita al niño de tan sólo un año de edad en la puerta de la casa de los Dursley. Según muchas personas, Dumbledore es la única persona a la que le teme Lord Voldemort, ya que se lo reconoce como uno de los magos más poderosos del siglo. En navidad le entrega a Harry una capa de invisibilidad que perteneció al padre del muchacho.[nota 2] Al final del libro menciona que por mutuo acuerdo con el alquimista Nicholas Flamel había destruido la piedra filosofal creada por éste último.

Minerva McGonagall: en el colegio es la profesora de Transformaciones, la jefa de la casa Gryffindor y ocupa el cargo de subdirectora en el internado. McGonagall es una animaga y puede adoptar la forma de un gato; de esa manera puede vigilar a la familia Dursley antes de que lleven al bebé a su casa. Ella es la persona que le regala a Harry su primera escoba voladora, la Nimbus 2000, para que pueda jugar en su primer partido de quidditch.



Nimbus 2000, escoba que McGonagall le regala a Harry.Draco Malfoy: es hijo de una aristocrática familia de magos –de lo cual se siente orgulloso– y un miembro de la casa Slytherin. Sus padres –Lucius y Narcisa Malfoy– estuvieron del lado de Voldemort durante la Primera Guerra. Siempre trata de poder meter a Harry, Ron y Hermione en algún problema, y desprecia a todas las personas que sean hijos de muggles como es el caso de la última.

Neville Longbottom: es un alumno de la casa Gryffindor que se caracteriza por su torpeza y mala memoria, razón por la cual su abuela le envía una recordadora, un objeto con el que se puede recordar que algo se ha olvidado. Sus habilidades con la magia son rudimentarias y de hecho su familia pensaba que no era un mago hasta que un día se cayó de la azotea de su casa y empezó a rebotar. Neville es castigado junto a Harry, Hermione y Malfoy y llevado al bosque prohibido adyacente a la escuela para un misterio Hagrid a modo de apercibimiento.

Rubeus Hagrid: es un semigigante y el guardián de las llaves y terrenos de Hogwarts. Después de enterarse de que Harry no había recibido las cartas del colegio, el guardabosques va a buscar a Harry para entregarle las misivas. Acompaña al protagonista en sus compras en el callejón Diagon, donde le adquiere su varita mágica, libros y una lechuza a la que Harry le pone de nombre Hedwig, la cual le será su mascota y le permitirá enviar y recibir correspondencia. Es un gran aficionado de las criaturas mágicas, sobre todo de aquellas criaturas peligrosas que el resto del mundo teme, algo que demuestra al comprar un dragón ridgeback noruego que cría en su cabaña.

Severus Snape: es el jefe de la casa Slytherin y profesor de Pociones, pero muchos alumnos rumoran que el profesor Snape siempre ha querido ser profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Desde el comienzo de las clases, Snape es el único maestro que trata mal a Harry e intenta castigarlo. Cuando empiezan a ocurrir cosas extrañas que luego se mostrarán conectadas con el paradero de la piedra filosofal, Snape se convierte en el principal sospechoso para Harry y sus amigos; los tres suponen inicialmente que Snape la quiere para sí, pero luego deducen que busca el artefacto para Voldemort. Sin embargo, Snape resulta ser inocente y haber intentado salvar a Harry de un intento de homicidio perpetrado por Quirrell.

Profesor Quirrel: profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras y verdadero ayudante de Voldemort. Cuando Harry llega a la recámara de la piedra se encuentra con Quirrel frente al espejo de Oesed, en el cual se hallaba escondida la piedra. Sólo al final de la obra se revela que Quirrell había permitido que Lord Voldemort se alojara en su cuerpo como parásito. Quirrell no sobrevive al enfrentamiento con Harry cuando la maldición de Lily Potter lacera su cuerpo. Voldemort lo abandona.

Lord Voldemort: brujo tenebroso que aterrorizó el Reino Unido durante los años 70 en un conflicto conocido como la Primera Guerra. Su cuerpo fue destruido por la maldición que lanzó contra Harry Potter a causa de la intervención de la madre del bebé. Posteriormente recluta a Quirrell para conseguir la piedra filosofal y así, conseguir la inmortalidad.

[editar] Historia del libro

[editar] Desarrollo



J. K. Rowling es la autora de la serie.La génesis de Harry Potter y la piedra filosofal está muy ligada a los eventos que tuvieron lugar en la vida de su autora, la escritora escocesa J. K. Rowling, a partir de 1990. Ese año, Rowling se mudó con su pareja a la ciudad Manchester.[8] Una semana después de la búsqueda de un departamento, Rowling regresó a Londres en un tren y fue allí, como ella dice, donde surgió todo: «Realmente no sé cómo surgió la idea [...] Se inició con Harry; luego, todos los personajes y situaciones afloraron en mi cabeza»,[9] éstas serían más tarde lo que pasaría en el colegio de magia al que después llamaría Hogwarts. Durante el resto del viaje, Rowling elaboró la idea en su mente ya que no tenía con qué escribirlas, circunstancia que ella reconoce como beneficiosa para el proceso creativo de la trama.[8] En ese flujo de ideas aparecieron ya personajes como Ron, Nick Casi Decapitado, Hagrid y Peeves y decidió que la historia estaría dividida en siete novelas.[10] [9]



Esa misma noche empezó a escribir la primera novela, cosa que le demandaría cinco años de trabajo para crear todo el universo.[8] [11] Al principio la autora empezó a escribir los primeros párrafos y dibujos en servilletas duante un viaje a Escocia. Más tarde, los continuaría escribiendo a máquina.[12]



A fines de 1990, la madre de Rowling murió víctima de esclerosis múltiple, hecho que, la autora confiesa, influyó en su escritura profundamente, algo que puede verse en el hecho de que el protagonista sea huérfano y en el tratamiento del tema de la muerte que todos sus libros poseen:



Mis libros en gran medida tratan acerca de la muerte. Comienzan con el asesinato de lo padres de Harry y está la obsesión de Voldemort por conquistar la muerte, su búsqueda por la inmortalidad a cualquier precio, el gran logro de cualquiera que posea magia. Entiendo por qué Voldemort quiere conquistarla: todos le tememos.



Entrevista a J. K. Rowling en Tatler Magazine. 10 de enero de 2006[13]

Nueve meses después de que su madre falleciera, Rowling, que había estudiado lenguas extranejeras en la Universidad de Exeter, se mudó a Oporto, Portugal para dar clases de inglés como lengua extranjera a alumnos entre 8 y 62 años;[10] ahí, escribía en cafés locales o en la escuela.[14] Seis meses después, la escritora terminó los primeros tres capítulos del libro, conoció a un periodista llamado Jorge Arantes, con quien se casó y tuvo una hija (Jessica).[14] En Portugal ideó muchos de los aspectos centrales en su novela, como es el caso de la piedra filosofal, que se convirtió en un elemento axial para el desarrollo de la trama; aunque Rowling ya conocía detalles sobre la piedra gracias a las lecciones de química del colegio secundario,[10] este objeto utilizado como principio estructurante del libro surgió en 1991 en aquel país.[15] Allí también escribió el capítulo «El espejo de Oesed», el cual reconoció como su favorito.[11] La autora declaró que no sabía muy bien cómo escribir el primer capítulo y mencionó que existen muchas versiones del mismo; en aquellas aparecían personajes que fueron eliminados por completo de la trama, los Potter vivían en una isla y los Granger en la costa y se podía ver a Voldemort llegando al Valle de Godric.[16] Rowling reconoció que la versión final no resultó ser «de lo más popular que he escrito» ya que muchas personas lo han encontrado difícil de leer. «El problema con el susodicho capítulo era (como sucede muy a menudo en los libros de Harry Potter) que tenía que poner mucha información y a la vez ocultar mucha más».[16]



A fines de 1993, la escritora regresó al Reino Unido ya que, entre otras razones, se había divorciado y su trabajo no funcionaba muy bien, por lo cual se va a vivir con su hija a la casa de su hermana y su cuñado en Edimburgo, aunque posteriormente se mudó sucesivamente a diferentes departamentos. Rowling tuvo grandes dificultades para escribir puesto que estaba atravesando una depresión y el hecho de no poder contratar una niñera para su hija todo se le hacía «doblemente difícil».[17] Para poder continuar con la escritura de su novela, Rowling comenzó a frecuentar el café de su cuñado,[18] [14] donde podía sentarse tranquilamente cuando no había mucha clientela junto a su hija, a quien previamente paseaba por la calle para que ésta se durmiera y se le hiciera más fácil escribir.[14] [19] En aquel lugar pudo culminar la redacción del libro.[10]



Después de haber terminado su obra en 1996 y de mecanografiar dos copias de la misma,[14] Rowling se dirigió a la Biblioteca Central de Edimburgo para buscar agentes literarios. Envió los tres primeros capítulos a un agente pero éste los rechazó;[8] luego los envió a otro agente. La agencia Christopher Little Literary Agents aceptó buscar la editorial que pudiese publicar el manuscrito. Luego de que 12 editoriales rechazaran el libro,[14] la autora recibió en 1996 la aprobación (y un adelanto de £1500) del editor Barry Cunningham, quien trabajaba para Bloomsbury, una pequeña editorial londinense.[20] [14] «[...] recibí una carta de respuesta. Supuse que era una nota de rechazo, pero en el interior del sobre había una carta que decía: Gracias. Estaremos encantados de recibir su manuscrito.», la escritora leyó la carta 8 ocasiones y confiesa que es la mejor carta que ha recibido en su vida.[17] Esto se puede deber a que la hija del editor, una niña de 8 años entonces, leyó el primer capítulo del libro y quiso leer lo que seguía después de lo que se contaba allí; la niña le dijo a su padre que dicho fragmento era «mucho mejor que cualquier otra cosa.».[21]



En una entrevista concedida al periódico español El país en 2008, Rowling dijo que no había escrito el libro pensando en un lector específico: «Yo lo llamaba cuento infantil porque el personaje principal era un niño. Pero siempre fue un niño que quise hacer mayor. Y al final es un hombre, un hombre joven pero un hombre. Eso es lo inusual en libros infantiles: que el protagonista crezca».[22] La escritora también se refirió a su relación con la escritura durante aquellos años difíciles en su vida personal «A mí me salvó la vida el mero hecho de escribir el primer libro. Siempre me dicen que el mundo que inventé es irreal; fue eso lo que me sirvió para evadirme».[22]



[editar] Publicación

Después de la aprobación, la editorial pagó a Rowling £2,500.[23] Sin embargo, era menos la preocupación por la longitud del libro que por el nombre de su autor; Little se había percatado de que los varones no solían leer ficción escrita por mujeres, por eso los editores pidieron a Joanne Rowling que adoptase un seudónimo que no mostrase su nombre completo para abordar a los varones. Justo antes de la publicación, Rowling adoptó el seudónimo «J.K. Rowling» para ocultar el nombre femenino de Joanne; la «K» se refiere al nombre «Kathleen» que tomó prestado de su abuela.[14] [24] La editorial también sugirió inicialmente el nombre de Harry Potter and the School of Magic (Harry Potter y la escuela de magia) pero la autora se opuso, aunque en la edición francesa basó la traducción en ese título.



Antes de editar el libro, Bloomsbury envió copias del mismo a diversos críticos y editores para reunir algunos comentarios del mismo y sondear las opiniones que despertaba. Con esto también se buscaba conseguir algunas críticas que respaldaran la publicación de una obra de autor desconocido. Tras recibir comentarios elogiosos, Cunningham contrató para la edición del libro a un ilustrador desconocido, Thomas Taylor, en parte por la escasez de presupuesto.[25] La ilustración de tapa se mantuvo sin alteraciones en ediciones posteriores, pero la de la contratapa fue alterada ya que mostraba a Albus Dumbledore con una barba marrón y no blanca como se la describe en el libro.[26]



«Tuve que mecanografiar todo el texto yo misma. A decir verdad llegué a odiar el libro por momentos, aún cuando también lo amaba.»

—J. K. Rowling.[27]



En junio de 1997, Bloomsbury publicó La piedra filosofal con una tirada inicial de 500 ejemplares, de los cuales 300 fueron distribuidos en bibliotecas.[28] La tirada inicial tuvo algunas copias en tapa dura pero fue editatda en su mayoría en formato paperback o rústico y no contó con más promoción que la que ya había efectuado la editorial al haberse contactado con críticos y editores. La respuesta no fue inmediata pero llegaron las críticas entusiastas, como las que se registraron en los periódicos The Scotsman o The Glasgow Herald.[29] Antes de la publicación inglesa del libro, Christopher Little había organizado una subasta por los derechos de publicación del libro en Estados Unidos. Arthur Levine, de Scholastic Corporation había leído el libro durante un vuelo transatlántico y compró los derechos de publicación en la Feria del Libro de Bolonia en abril de 1997 por 105.000 dólares, una cantidad muy alta para un libro infantil.[30] Rowling recibió la noticia tres días después de la publicación británica de la novela.[30] Después de un largo debate, el título fue cambiado a Harry Potter and the Sorcerer's Stone (Harry Potter y la piedra del hechicero) porque la editorial consideró que la palabra philosopher (filosofal en la traducción) daría la impresión de que el libro trataba sobre temas filosóficos y no tendría atractivo comercial.[1] Rowling ha declarado que lamenta este cambio y que hubiera luchado más por mantener el título original si hubiese estado en una mejor posición.[31] Philip Nel ha señalado que a causa del cambio se ha perdido la conexión con la alquimia, y el significado de otros términos cambiados en la traducción de inglés británico a inglés americano, por ejemplo, en la editorial inglesa se menciona la palabra muffin, mientras que en en la americana la palabra fue escrita como bollo.[32] La novela fue publicada en 1998 en Estados Unidos y en octubre del mismo año, Rowling realizó una gira de diez días por el país concediendo entrevistas sobre el libro.[33]



Ya que las ediciones del Reino Unido se publicaban unos meses antes de la versión norteamericana, algunos lectores estadounidenses se familiarizaron con las versiones en inglés británico que compraron a través de Internet,[34] lo cual generó controversia. Lo mismo ocurrió con su sucesor, Harry Potter y la cámara secreta, por lo que la agencia denunció a Amazon.com de no tener en cuenta los derechos territoriales y, por tanto, por actuar de forma ilegal.[18]



[editar] Edición conmemorativa

En enero de 2007, Bloomsbury publicó una nueva versión del libro por el 21° aniversario de la editorial que incluía una pequeña introducción escrita por la misma Rowling.[35] [36] En septiembre de 2008 Scholastic publicó también otra edición por el décimo aniversario de publicación del libro en Estados Unidos, que incluía una nueva ilustración de portada y contraportada, arte de Mary Grandpé, quien ya había ilustrado las antiguas ediciones.[37] [38]



[editar] Críticas del libro

La mayoría de comentarios fueron muy favorables, en relación con la imaginación, el humor, el sencillo y directo estilo de construcción inteligente de trama de Rowling, aunque algunos se quejaron de que los capítulos finales parecían precipitarse. El escrito ha sido comparado con el de Jane Austen, uno de los autores favoritos de Rowling, de Roald Dahl, cuyas obras predominan las historias de los niños antes de la aparición de Harry Potter, y del griego antiguo narrador Homero.[39]



Desde el primer lanzamiento de la novela, el libro recibió muchos premios en los cuáles se encuentran el Premio de Oro a Libro Infantil en los Nestlé Smarties, Premio a Libro Infantil de Cable Birmingham, Libro Infantil del año en los British Book Awards, Libro de bolsillo del año Young Telegraph, y el Libro de Platino en los Whitaker’s Awards, todos éstos recibidos en 1997 y 1998.[12] En total el libro ha recibido 29 premios, el último recibido en 2001. Y en cuanto a críticas ha recibido en su mayoría, favorables, diferentes medios han calificado a Harry Potter y la piedra filosofal como un de los libros más leídos entre los niños, y los mayores de edad.[40]



[editar] Reino Unido



El alquimista Nicholas Flamel es, en la novela, el creador de la piedra filosofal.«Rowling utiliza dispositivos narrativos clásicos con originalidad y facilidad, entregando thriller enormemente entretenido con una trama compleja y exigente» comentó Lindsey Fraser en una de las primera reseñas que recibió la novela; en la misma destacó la verosimilitud del protagonista y el realismo que la autora había inyectado en la obra.[41] Su comentario publicado en en The Scotsman precedió a otras opiniones favorables para la novela-debut de Rowling. The Glasgow Herald también calificó al libro como «una fantasía absolutamente fascinante que despega desde su primera página».[42]



Dada la repercusión que el libro había obtenido en Escocia, los periódicos de tirada nacional comenzaron a hacerse eco del fenómeno de ventas. Así, La piedra filosofal consiguió reseñas en publicaciones de gran difusión como The Guardian y de los periódicos The Sunday Times y The Mail on Sunday, que también advirtieron comparaciones con Dahl señalando el talento de la autora.[43] La editora de Books for Keeps, Rosemary Stone, seleccionó la novela y publicó una crítica de la misma en la edición de septiembre de 1997; «Rowling es un nuevo talento de lo más emocionante y vigoroso», concluyó la especialista desde la columna de nuevos autores.[44]



[editar] Estados Unidos

El comentario publicado en The Boston Globe hizo hincapié en el parecido entre la obra de Rowling y la de Roald Dahl, a quien la británica superaría por su ingenio y capacidad poética. Liz Rosenberg, quien redactó la reseña, opinó que La piedra filosofal reunía muchos de los requisitos que podrían convertirla en un clásico de la literatura infantil. No obstante, la comentarista también remarcó que las últimas 20 páginas de la novela sufrían por una resolución apresurada y por personajes que no alcanzaban suficiente desarrollo.[45] Más reseñas elogiosas fueron apareciendo a lo largo de 1998 en publicaciones como School Library Journal,[46] Booklist y Publisher’s Weekly; en esta última se remarcó la pluralidad de elementos que la autora había incluido en su obra entregando una mezcla de misterio, humor y fantasía.[47]



En la revista on-line Salon apareció otro comentario elogioso, esta vez de Christopher Taylor; el mismo dijo que a pesar de los prejuicios que una novela de estas características pudiera despertar (por su posible didactismo o por sus moralejas), la lectura de la misma consiguió superar cualquier expectativa negativa:



No creo que alguien pueda leer 100 páginas de Harry Potter y la piedra filosofal sin empezar a sentir ese inconfundible escalofrío que te informa que estás ante un clásico. […] No quiero ser condescendiente con Rowling y decir que ha escrito una maravillosa novela infantil; lo que ella ha escrito es una maravillosa novela y punto. Y para aquellos que insisten en que las novelas deberían impartir una lección, que la de Harry Potter sea la única que importa en la literatura: separar a los muggles de los magos.[48]

Dos comentarios que aparecieron en The New York Times en 1999 se sumaron a los elogios que el libro ya había recibido. Michael Winerip escribió:



Como ocurría con Roald Dahl, J. K. Rowling tiene en gran parte ese don para mantener las emociones, miedos y victorias de sus personajes en una escala humana, incluso cuando lo sobrenatural aparece por todos lados.[49]

Comentando también el malicioso humor del que Rowling hacía gala, aunque advirtió fallas en los últimos capítulos con respecto al desenvolvimiento de algunos personajes.[49] El otro comentario, firmado por Pico Iyer en octubre, comentó el curioso efecto que se producía cuando una novela tan imbuida en tradiciones literarias inglesas (como ser el relato ubicado en internados escolares) llegaba a una cultura tan distinta como la de los Estados Unidos; en esos casos, lo que en la cultura original era percibido con cierto grado de realismo u mundanería se volvía algo exótico, hecho en lo que encontró un punto de comparación entre La piedra filosofal y Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.[50]



Sin embargo, y pese a todos los comentarios positivos que el libro había recibido, el teórico literario Harold Bloom redactó una crítica negativa del libro que aparición en el Wall Street Journal en noviembre del año 2000.[51] Bloom sostuvo, entre otras cosas, que la novela carecía de una buena escritura pero que además sufría de problemas más importantes como la falta de imaginación y la deuda con obras anteriores de la literatura inglesa. A su vez comparó a Rowling con otros escritores que registraban grandes ventas de sus títulos pero que, a su juicio, carecían de talento como Stephen King, John Grisham o Tom Clancy.[51]



[editar] Otros países



Después de que algunos críticos compararan el género fantástico e infantil del libro con diferentes novelas, Diego Gutiérrez del Valle, periodista de la publicación española Peonza señaló que en la novela se sentían las influencias de J. R. R. Tolkien y C. S. Lewis pero que asimismo alcanzaba a construir una identidad propia.[52] Fotografía de un león, animal que protagoniza la serie de Las Crónicas de Narnia, novelas de Lewis.Dado el furor causado por el éxito de la novela, escritores y especialistas de diversos países comenzaron a pronunciarse a favor o en contra de la misma.



En Argentina, los medios de comunicación registraron una profusión de opiniones de escritores locales sobre la novela. La escritora Ana María Shua, quien ha publicado relatos infantiles y jueveniles, comentó:



Los libros de la serie me encantan para los chicos, aunque no aporten grandes novedades: son clásicos y sin experimentación, pero están bien hechos, son redondos, con una buena estructura narrativa y llenos de conocimiento sobre las relaciones entre los chicos y de éstos con los adultos.[53]

Graciela Cabal, con una opinión similar habló sobre la destreza de la autora para estructurar el relato: «Cada capítulo es una estructura clara, que además cierra con cierto suspenso. Y es tanto el horror presente que termina fundiéndose en humor bien inglés».[53] También aparecieron comentarios similares de Santiago Kovadlof, Eduardo Gudiño Kieffer: y Ema Wolf; esta última escribió que «Si bien no aporta nada nuevo en el campo de la literatura y no sorprende, esto no le quita méritos, porque no es un libro ambicioso».[53] Por otra parte, Beatriz Ferro declaró que el libro la había decepcionado[53] y Margara Averbach manifestó que el elitismo que ella veía en los libros le disgustaba.[54]



La escritora y docente colombiana Yolanda Reyes opinó que pese a las fallas del libro «hay un toque de frescura, de ingenuidad y de humor, lo mismo que una cuidadosa construcción de esa atmósfera entre cotidiana e insólita, que confiere a la novela su mayor poder de seducción y atrapa a los lectores».[52] Xavier Riesco Riquelme, radicado en España, también recibió la novela como una sorpresa ante lo que él calificó como «un mercado lleno de productos políticamente correctos».[55]



Con esta curiosa mezcla de fantasía (dragones, unicornios y gnomos) y novela sobre niños en la escuela (matones, enemigos de patio de recreo y profesores hueso), la historia de Harry Potter se inscribe por derecho propio entre las mejores novedades de la literatura infantil. Además, es posible leerla a casi cualquier edad y disfrutar de ella, un logro considerable en cualquier género.

[editar] Controversias religiosas



Algunos grupos religiosos han sostenido que los libros de Harry Potter incitan a practicar la brujería.La novela Harry Potter y la piedra filosofal, junto con toda la serie, ha sido víctima de controversias provocadas por diferentes grupos religiosos, principalmente por las afirmaciones de que contiene textos satánicos y promueve la brujería. Flanagan Knapp, intentando buscar aquellos elementos que podrían ser interpretados como una apología de la brujería, concluyó que si bien las clases de Pociones impartidas por Severus Snape podrían ejemplificar aquella visión, éstas más bien se semejaban a una simple clase de química antes que a rituales esotéricos.[56] La serie estuvo en la parte superior de la lista "Los libros más cuestionados" de la American Library Association durante el período de 1999 a 2001.[57] [58] Adicionalmente, gente de Nuevo México organizó un evento para quemar los libros teniendo en mente que las historias enseñaban brujería, satanismo y ocultismo.[58] [59]



En los Estados Unidos, llamadas para excluir los libros de escuelas han conducido, en muchas ocasiones, a desafíos legales que en general terminan con una conclusión de que la brujería es una religión aprobada por el gobierno; esto permite que los libros que son puestos en escuelas públicas forman parte de las controversias entre la separación del Estado con la Iglesia.[60] [61] [62]



La oposición religiosa también ha aparecido en otras naciones. Iglesias ortodoxas de Grecia, que no acostumbra libros infantiles acerca de temas como la magia o la hechicería, y Bulgaria han hecho campañas contra la serie, advirtiendo que es peligrosa, y que solo debe leerse por su «fuerte, muy fuerte fe, cosa que no se verá perjudicada ni por la magia o conjuros utilizados por las fuerzas oscuras en el libro».[63] [64] Además, los libros han sido prohibidos en las escuelas privadas en los Emiratos Árabes Unidos,[65] y criticados por la prensa del Estado Iraní, añadiendo que «[Harry Potter] fue un proyecto sionista en la que miles de millones de dólares se habían invertido con el fin de dañar la mente de los jóvenes».[66] [67]



Medios relacionados con el cristianismo también encontraron deficiencias, sin embargo estas opiniones fueron dividas. En 2003, Catholic World Report criticó al protagonista por la falta de respeto que él tenía hacia las normas y a la autoridad, y consideró que la serie mezcla los mundos mágicos y mundanos como «un rechazo fundamental del orden divino en la creación».[68]



Gabriele Kuby publicó un libro titulado Harry Potter: El bien o el mal en el que mencionaba que «los libros de Harry Potter corrompen los corazones de los jóvenes, obstaculizando el desarrollo de un sentido bien ordenado del bien y del mal, por lo tanto dañando su relación con Dios mientras esa relación está aun en su infancia».[69] En 2005, el cardenal Joseph Ratzinger, quien ese mismo año ocupó el puesto de Papa (Benedicto XVI), pero un tiempo antes fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, recibió una copia del manuscrito de Kuby; como resultado de esto, Joseph, terminó en describir a las novelas como una influencia potencialmente corrupta sobre los niños y como «sutiles seducciones, que actúan desapercibidas y de esa manera distorsionan profundamente la cristiandad en el alma antes de que pueda crecer adecuadamente»;[70] tiempo después dio permiso para la publicación de la carta donde expresó dicha opinión.[71] Sin embargo, Peter Fleetwood, un sacerdote británico que ayudó a redactar un documento oficial sobre los fenómenos de la Nueva Era en 2003, mencionó que las historias de los libros de Harry Potter son historias morales que enseñan a los niños sobre la importancia de hacer sacrificios para superar el mal, además «no son malas y tampoco luchan contra la ideología cristiana».[70] [72]



[editar] Análisis

[editar] Estructura

La novela funciona mediante la clásica estructura de tres actos con una introducción situada en el mundo muggle y tanto el nudo de la trama como su resolución en el colegio y el posterior retorno al mundo del que se parte.[73] Esta estructura simple que se repite en casi todos los libros de la serie ayuda a crear una sensación de familiaridad con el texto.[73] En un principio, el hilo conductor de la trama es el viaje iniciático de Harry hacia Hogwarts y el proceso de autodescubrimiento del protagonista, pero luego la intriga en torno a la piedra filosofal se convierte en eje del libro. Según, Eccleshare, Rowling aprovecha el mecanismo de la búsqueda como motor dramático, principio estructural y modo de caracterizar moralmente a los personajes que se ven envueltos en ella.[74] Polly Shullman comentó respecto de esta estructura novelística que «El primer libro tenía una trayectoria dramática simple: Harry está seguro de saber quiénes son los buenos y los malos, pero supone mal».[75]



Shullman también comparó la estructura de cada volumen con una serie de sonetos, ya que si bien los escenarios y situaciones suelen repetirse siguiendo el modelo de La piedra filosofal, Rowling no escribe cada capítulo como una parte independiente sino con un sentido de trayectoria y evolución dramática.[75]



[editar] Temas

[editar] Intertextualidad e influencias

Se ha señalado que la saga Harry Potter en general y La piedra filosofal en particular guarda similitudes estilísticas, temáticas y narrativas con otras obras que la precedieron tanto en la literatura inglesa como en la de otros países. Estas relaciones intertextuales (categoría analítica propuesta por Julia Kristeva en base a la obra de Mijaíl Bajtín), según señalan la mayoría de los especialistas, se manifiestan en la obra de Rowling a través de la reelaboración de situaciones, personajes e ideas. A propósito de éstas reelaboraciones, la catedrática de la Universidad de Almería, Blasina Cantizano Márquez, escribió que



A sabiendas o no, Rowling toma los mejores ingredientes de la literatura juvenil en lengua inglesa, para crear unos personajes y elaborar unas historias que cautivan al lector, (…) es precisamente por esta habilidad sintetizadora y recreadora por lo que hoy debemos valorar la aportación de Rowling a la literatura fantástica contemporánea.[76]

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